Después de la Semana Santa es tradición tomar las ramblas y barrancos para ir a echar un día de campo con la excusa de las meriendas. Este año hemos ido a la Fuente de La Zarza, muy cerca del pueblo, y después de el típico arroz campero hemos subido hasta El Picacho, para rebajar la comida, lo malo es que a la vuelta teníamos la barbacoa a punto. También hemos aprovechado para disputar el clásico partido de "futbol salvaje", en el que lo de menos es el resultado, lo importante es terminar sin heridos de gravedad. Ya de noche hemos recogido todos nuestros residuos y alguno más y nos hemos despedido hasta el año que viene, o hasta que vuelva Juanico de Honduras, que habrá que hacer otra barbacoa de bienvenida.
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