El Barranco de las Morcillas es un recóndito valle situado en la cara norte del Calar Alto, en este lugar podremos descubrir las poblaciones de Las Morcillas y Los Carrascos. En la cartografía de la primera serie del Mapa Topográfico Nacional de las cumbres de Los Filabres se observa, pese a la absoluta carencia de carreteras, un conjunto de pequeños asentamientos como Los Santos, Las Morcillas o Los Carrascos, localizados a alturas comprendidas entre los 1.500 y 1.700 m. en condiciones muy hostiles, tanto por la climatología como por las fuentes pendientes y difícil acceso, y que sobrevivían de las actividades ganaderas y agrícolas gracias a la construcción de terrazas y el aprovechamiento de los recursos hídricos. La leyenda de estas cortijadas está íntimamente ligada a la minería, por la cercanía a las minas de Las Menas. Durante este periodo de tiempo el municipio de Serón llegó a tener casi 10.000 habitantes, estando el asentamiento minero de Las Menas mucho más poblado que la propia capital municipal. En 1970 cesa la actividad minera y las minas dejan de ser explotadas. A partir de aquí el paso del tiempo hace mella en estos poblados, su aislamiento geográfico y la eliminación de su único sustento de vida, hace que estos pueblos sean abandonados por sus habitantes, dejando tras de sí un espectacular y bucólico paisaje de antiguas viviendas, eras y calles empedradas a las que solo acceden los senderistas y amantes de la naturaleza.
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