Esta tarde de domingo hemos estado acompañando a algunos de los chavales del pueblo que querían conocer algo más de su patrimonio local, hemos subido hasta las ruinas del Castellón de Olías, acompañados de Vidal que nos ha ido documentando e informando sobre esta singular fortaleza del Almanzora. La ruta es muy corta, sólo dos kilómetros y medio, pero de una dureza importante por los desniveles que salvamos y por la inexistencia de caminos o veredas. Ha merecido la pena poder compartir con los más jóvenes este rico patrimonio a veces tan cercano y desconocido.
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